Jóvenes del Norte elaboran el primer manifiesto juvenil por la biodiversidad del Desierto de Atacama

Con la participación de jóvenes provenientes de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y Atacama, concluyó este jueves 11 de diciembre Atacama Futuro: Encuentro de Jóvenes por la Biodiversidad del Desierto de Atacama, un hito inédito organizado por el Nodo LANDATA y la Red Chilena de Jóvenes por la Biodiversidad. Con una destacada convocatoria, el pasado jueves 11 de diciembre se desarrolló con éxito “Atacama Futuro: Encuentro de Jóvenes por la Biodiversidad del Desierto de Atacama”. La jornada, realizada en la Universidad Católica del Norte, marcó un precedente histórico al dar origen al primer Manifiesto Juvenil por la Biodiversidad del Desierto de Atacama, documento que sintetizará las demandas, reflexiones y propuestas de las juventudes para asegurar la protección, restauración y gestión sostenible del ecosistema desértico más árido y, a la vez, uno de los más frágiles del planeta. Distintas exposiciones dieron el vamos al evento que reunió a referentes juveniles de Chile y Latinoamérica, quienes aportaron perspectivas territoriales, científicas y comunitarias sobre biodiversidad, saberes ancestrales, protección de especies emblemáticas y experiencias de incidencia global. El corazón del encuentro fue el conversatorio “Miradas para un desierto vivo”, que ofreció un panorama diverso y enriquecedor a través de un diálogo directo con los expositores e invitados. En la jornada de la tarde y a través de dinámicas participativas y talleres colaborativos, los asistentes iniciaron un proceso de diálogo y diagnóstico compartido que servirá como base fundamental para la construcción de futuras estrategias y declaraciones conjuntas. Juventudes articuladas En el encuentro se relevó la necesidad de organizar a las juventudes frente a los desafíos que enfrenta el Desierto de Atacama ante el crecimiento de industrias estratégicas como la minería del litio, la exploración astronómica, la energía solar y eólica, y diversas tecnologías limpias que sitúan a la macrozona norte en el centro de la transición energética global. Si bien estos sectores impulsan innovación y desarrollo, también afectan de diversas maneras a estos ecosistemas únicos, humedales altoandinos, especies endémicas y territorios habitados históricamente por pueblos originarios y comunidades locales. En este contexto, las y los jóvenes hicieron un llamado a compatibilizar el progreso con la protección efectiva del patrimonio natural y cultural del desierto. “El Desierto de Atacama no es un vacío. Es un territorio vivo, profundamente conectado con la memoria ancestral y clave para la sostenibilidad futura del país. Las juventudes del norte están demostrando que pueden liderar una agenda ambiental sólida, dialogante y con visión de futuro”, comentó la directora del Nodo LANDATA, Dra. Cecilia Demergasso. Un manifiesto para Chile y el mundo El primer Manifiesto Juvenil por el Desierto de Atacama, será difundido cuando esté terminado, en espacios regionales, nacionales e internacionales, incluyendo instancias como la próxima Conferencia de las Partes (COP), con el fin de posicionar la voz de las juventudes del norte de Chile en debates globales sobre biodiversidad, justicia climática, gobernanza ambiental y transición energética. La construcción del documento integró mesas de trabajo territoriales, reflexiones sobre los impactos ambientales acumulativos y discusiones sobre resguardo de conocimientos ancestrales, participación vinculante y protección de especies en riesgo. Miradas y voces de Chile y Latinoamérica El Conversatorio Internacional reunió a referentes juveniles y especialistas que aportaron a la reflexión colectiva. Nicolás Domke Venegas, presidente de la Red Chilena de Jóvenes por la Biodiversidad, expuso sobre los desafíos globales y nacionales de conservación frente a la crisis climática y ecológica. “Pudimos conocer de primera fuente como individuos y organizaciones están liderando la gestión medioambiental de esta zona de Chile, que tiene una riqueza inigualable y una biodiversidad que debe ser valorada tanto a nivel nacional como internacional. El objetivo es realizar acciones conjuntas para seguir luchando por ese objetivo común”, afirmó. Francisca Oliva, de Defensores del Loa y del Centro de Biodiversidad de El Loa, compartió el trabajo de conservación para proteger a la emblemática y amenazada Ranita de El Loa, quien comentó que “me pareció muy esperanzador conocer otras realidades como de Taltal, Ollagüe, Lasana, San Pedro, Mejillones y Calama. Fue una actividad muy enriquecedora, porque nos hace entender las distintas realidades en nuestro territorio y entender que a veces son las mismas causas y problemáticas que tenemos, por lo tanto, articularnos y realizar acciones de manera comunitaria es muy importante”. Javier Pimentel, de la Mesa Nacional de Jóvenes Rurales INDAP, abordó la importancia de la producción sostenible de alimentos y el uso responsable de la biodiversidad desde la ruralidad. “Este fue un encuentro muy gratificante, fue una instancia en que de manera mancomunada pudimos conocernos y reconocer todas las realidades que existen en este territorio, además de entender cómo podemos trabajar para obtener un cambio real y preservar los espacios naturales”, comentó. Desde Colombia, representantes de Barranquilla+20 y de la Red Colombiana de Jóvenes por la Biodiversidad compartieron su experiencia presentando propuestas juveniles en espacios internacionales, entregando claves para una incidencia latinoamericana efectiva en escenarios globales como la COP. “La juventud y la infancia de América Latina y el Caribe estamos en la primera línea de acción por la conservación. En la región más megadiversa del planeta, no permitiremos más decisiones inconclusas. Nuestras ideas, energía y liderazgo marchan junto al legado de los saberes ancestrales y las comunidades locales, movilizando soluciones para proteger nuestros territorios. No somos el futuro; somos el presente de la acción climática y la conservación”, expresó Estevan Marin, presidente de la organización. Las diversas miradas permitieron conectar las problemáticas locales con agendas ambientales globales, reforzando la importancia de que las juventudes de la macrozona norte participen activamente en procesos de toma de decisiones. Un paso adelante para la acción climática desde el territorio El encuentro cerró con un compromiso transversal: fortalecer una red juvenil permanente en la Macrozona Norte, capaz de impulsar iniciativas de conservación, incidencia política y educación ambiental, siempre desde el respeto a los pueblos originarios, la justicia territorial y la defensa de la biodiversidad del Desierto de Atacama. El Manifiesto Juvenil quedó elaborado en versión borrador, fruto del trabajo colectivo realizado durante el encuentro. En una próxima sesión, las y